Sofia Neiman era una señora mayor, de buena familia y buen nivel económico, con hijos profesionales, que por las noches llevaba alimento a los gatitos abandonados en los jardines de un edificio público los guardias de seguridad, amagaban todas las noches cerrar los portones de rejas automáticos, y Sofía sabia que eran solo amagos, una noche fallaron los mecanismos (o al guardia se le fué la mano con la broma) no pudieron detener la puerta que se cerró sobre ella y murió sofocada. Siempre pensó que a último momento iba a revertirse el proceso. Nunca pude dejar de pensar en ella, aunque no se ni como era.Hoy ocho años despues, quisiera que alguien me cuente algo.